Y ahora unas palabras mágicas

DE TESSIE SOLINÍS, LUCÍA BAYARDO Y FRANCISCO ROJAS

El inicio oficial de las actividades comenzó con un evento para las y los niños

Por Ángel Melgoza

Son las once de la mañana del domingo en Guadalajara, Jalisco. Ayer, la ciudad fue nombrada Capital Mundial del Libro 2022. Hoy, el primero de unos mil 300 eventos que tendrán lugar a lo largo de un año, se llevó a cabo. 

 

Una lectura colectiva y un diálogo entre las escritoras infantiles Tessie Solinís, Lucía Bayardo y Francisco Rojas, moderadas por Martín Solares, se presentó junto a la Feria Municipal del Libro, en el Paseo Alcalde, entre el Ayuntamiento Municipal y la Rotonda de Jaliscienses Ilustres. 

 

Mientras familias caminaban de la mano, grupos de turistas ensombrerados curioseaban, ciclistas y patinadores circulaban y hasta unos jóvenes se preparaban para hacer sonar las inmensas campanas de la catedral, comenzó la participación de Tessie, Lucía y Francisco, quienes coincidieron en que dedicarse a la literatura infantil los llevó a escribir las historias que de niños les hubiera gustado leer. 

 

En el caso de Solinís fueron amistad, ocio y creatividad los tres elementos que dieron origen a su primer cuento; ya que fue a partir de la invitación de una amiga, en una tarde de ocio, y en tan solo 15 minutos que escribió en 2003 su primer cuento infantil, Inés tres pies. El próximo año ese libro cumple 20 y ya llegó a los 90 mil ejemplares impresos. 

 

Lo que convirtió a Lucía Bayardo en escritora fue una petición de su hijo: cuando él tenía unos seis años le escuchó uno de los cuentos que todos los días ella le narraba, y le dijo: ‘mamá por favor escríbelo’, ‘¿pero por qué?’, ‘es que yo quiero leer ese cuento’. Esa historia se llama Don Caucho y desde entonces, casi como por acto de magia, Lucía se convirtió en una escritora para el resto de su vida. 

 

La historia de Francisco Rojas se relaciona con su abuela, cuyos cuentos de terror lo fascinaban y entretenían. Cuando él mismo quiso empezar a contar sus historias, escribiéndolas, se dio cuenta que “no había crecido lo suficiente y que en realidad estaba contándome historias a mí mismo, a este niño que por ahí seguía, y sigue”. Francisco parte de historias cotidianas en las que suceden hechos inesperados. 

Suspendidos y apurados por las campanadas de la catedral, la conversación surcó para llegar a la lectura de los cuentos de los autores, quienes antes nos recordaron que la literatura infantil no es un género secundario, o que las niñas y los niños no son lectores de segunda. 

 

“Lo que me gusta de la literatura es que pueda ser una ventana para ver el mundo, pero también un espejo donde podemos reflejarnos todos”, dijo Tessie Solinís, quien también comentó que le gusta la literatura infantil que confronte y que lleve a la reflexión. 

Lucía Bayardo compartió que su escritura surge de una mejor manera cuando ella no interviene, sino que es solo un vehículo para plasmar un impulso que surge desde el subconsciente que se vuelven historias y libros: “y pues yo los vendo, y gano dinero, y de eso vivo, pero la verdad es que alguien me lo mandó; esa es la parte más disfrutable porque yo no tengo que hacer más esfuerzo que sentarme a escribir.”

 

Por su parte Francisco Rojas recordó que no debemos menospreciar a ningún lector, lectora, sino que es responsabilidad de los autores crear la mejor literatura de la que son capaces: “a mí me parece que con una visión universal, que aunque el libro sea para niños, entre comillas, tenga también una doble lectura donde el adulto pueda encontrarse de alguna manera, y no nada más en el recuerdo sino en el momento presente. Los problemas que viven los niños también los vivimos nosotros”. 

Entre campanadas, se llevó a cabo este primer evento de Guadalajara Capital Mundial del Libro. Una de las familias que escuchó el llamado, y se quedó hasta el final del evento, fue la de Adyani, de 10 años, quien venía desde el barrio de San Andrés acompañando a su mamá: “mi libro favorito es Alicia en el país de las maravillas” dice, y su mamá cuenta que su objetivo de este año es leer con sus hijos un libro cada mes. Al final fueron Adyani y su hermanito Joshua quienes se ganaron uno de los libros que Lucía Bayardo regaló. 

 

Ayer fue el Día Internacional del Libro, y hoy Guadalajara y sus familias comienzan a festejarlo todo el año. 

CRÉDITO DE FOTOGRAFÍAS: R. Cortés / GCML

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