“Ficción y periodismo”: Horacio Castellanos Moya

El escritor centroamericano clausuró el programa de GCML con una conferencia sobre ficción y periodismo

Nacido en Tegucigalpa, Honduras, Horacio Castellanos Moya creció desde los cuatro años en San Salvador, El Salvador. Ahí aprendió de las calles, dice que era vago, jugaba fútbol y toda su generación se encontraba en el espacio público, Horacio nació en 1957. Y según las palabras del escritor chileno Roberto Bolaño: “es un melancólico y escribe como si viviera en el fondo de alguno de los muchos volcanes de su país […] Es un superviviente, pero no escribe como un superviviente”. 

 

Titulada “Ficción y periodismo”, y llevada a cabo en el Paseo Literario Fray Antonio Alcalde, en el marco de la Feria Municipal del Libro, la conferencia de Horacio Castellanos Moya también fue el cierre del ciclo de conversaciones de Guadalajara Capital Mundial del Libro, que a lo largo del año invitó a autores nacionales e internacionales de la talla de Alessandro Baricco, Leila Guerriero, Alberto Manguel, Fernanda Trías, Guillermo Arriaga, Pilar Quintana, y Bernardo Atxaga, entre otros. 

 

Tras escuchar unas breves reflexiones de Horacio sobre el ejercicio del periodismo y de la literatura, pasó a conversar junto a los moderadores invitados, los periodistas culturales Gerardo Lammers y Ángel Melgoza.

 

Nombrar a Horacio un superviviente quizás tiene que ver con el hecho de que el propio Castellanos Moya se tuvo que autoimponer el exilio cuando todos sus amigos se sumaron a la guerrilla en el año 1979. Año en que comenzó la guerra civil en El Salvador después de una década turbulenta: de muertes e imposición militar. 

 

Por aquí vamos llegando al asunto del periodismo, que era uno de los puntos centrales de la charla. Exiliado en México, Horacio encuentra una forma de ganarse la vida como periodista, a la par que se sumaba al bando guerrillero de alguna forma pues la agencia de noticias salvadoreña para la que trabajó era financiada por una organización guerrillera, pero el periodismo era serio, profesional: “no hay mucho espacio para manipular la información con cables de noticias, son hechos duros” dijo Horacio.

 

Muchos creen que el trabajo literario de Castellanos Moya surgió a partir del periodismo, pero él corrige, dice que nunca hubo tal salto del periodismo a la narrativa, sino que él ya había comenzado a escribir poesía en su adolescencia tardía. 

 

También fue un lector tardío, comenzó a leer a los dieciocho años, y quedó prensado de la poesía de Rainer Maria Rilke y más tarde de Roque Dalton. La narrativa delirante, sonora y con cadencia de Castellanos Moya le debe mucho a la poesía, aunque su paso personal por el género fue tormentoso pues al final decidió quemar todos los poemas que había escrito y comenzar de cero. 

 

Sobre el periodismo y la literatura Horacio ha dicho que “son todo lo contrario: la literatura no busca la verdad histórica, la verdad objetiva […] Lo que se propone es contar una historia que lo conmueve y que cree que permite abordar un mundo que es ficción y que nunca se planteará como sustituto del mundo objetivo real.”

 

El público le preguntó a Horacio sobre los autores centroamericanos que lee y recomienda. Para ello el autor reconoció que la industria editorial ha ‘balcanizado’ la región, por ello aunque una editorial española como Anagrama o Tusquets publique la obra de mexicanos, chilenos, colombianos, argentinos y algún otro centroamericano (como el novelista guatemalteco Rodrigo Rey Rosa), difícilmente esos libros se encuentran en latinoamérica, y para los mexicanos es difícil conseguir a los chilenos, y a los colombianos les es difícil encontrar los libros de los argentinos, etcétera. 

 

Horacio reconoció la labor de la literatura en torno al poder como una herramienta para darle todas sus dimensiones, si el periodismo fiscaliza al poder, la literatura lo retrata en su más cabal complejidad. Y por ello las novelas de los escritores que mejor han explorado las miserias y virtudes del poder siguen siendo hoy en día leídas, y admiradas, sin importar que hayan sido escritas hace cientos de años. 

 

El programa Guadalajara Capital Mundial del Libro cerró este ciclo de conferencias con un autor centroamericano, una región que a pesar de tener tan cerca, en colindancia, los mexicanos difícilmente volteamos a ver. Por ello fue una apuesta cerrar con un excelente escritor de esa región, cuyos personajes habitan la tragedia humana del exilio, de la violencia criminal, y del sabotaje político y económico. Personajes complejos, y obras de ritmos trepidantes, que nos permiten reflexionar sobre nuestra región y sobre nuestra humanidad.⚫ 

Fotografías por Héctor Hernández / Cultura Guadalajara.

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