Poemas de Claudia Rangel
Escribir poesía en un contexto donde la crisis ambiental, política y social alcanzan nuevos auges que ponen en peligro la existencia misma, es para esta poeta una apuesta por habitar la incertidumbre
Por Claudia Rangel
Te quiero tanto que voa comerte
Si en el movimiento hay inspiración,
se genera una centella en tu cuerpo
que hace que el universo baile contigo.
Diferentes explicaciones
en torno al motor.
Nosotros: los que perdimos nuestra casa
en la inundación.
Las luces de la ciudad
desde la ventana del coche
parecen los fuegos artificiales
sobre un cielo aguamarina
Es un grabado japonés que no alcancé a mostrarte.
En mis sueños
aprieto entre mis dedos los cables húmedos
que conectan tu mente con esta máquina
que llamas cuerpo.
Se abre un espacio por donde podría jalar de los hilos
que sostienen nuestra pobre realidad:
nadie entiende la proximidad
como los ligamentos.
Quiero vomitar.
Eso lo dice todo, porque no quiero decir nada.
Estoy muy mareada.
Esto es mucho mar.
Mucho mar.
Mucho más del que yo…
Yo que quiero arreglar todo a mordidas.
Acelera. Acelera más.
¡ACELERA!
¡ACELERA MÁS!
Los pirómanos no somos buenos bomberos.
La gasolina no es lo único que estamos quemando.
***
Homo Sapiens Sapiens
La humanidad es impulsada por diecisiete músculos de la lengua.
Ese es el motor. Nosotros somos el móvil.
Mover(se) es pasar de la potencia al acto.
Pasar de la violencia al golpe.
La humanidad es la potencia y el beso una flecha que atraviesa la historia.
Así es como se hilvanan los siglos.
Sororidades de leche.
Hermandades de saliva.
La succión también es tradición oral.
El tiempo se deforma a nuestro alrededor
en años de bocas
sobre bocas.
generaciones
de entrepiernas húmedas
y heridas abiertas
que no podemos dejar de lamer.
El miedo a la soledad es un factor genético.
Sabemos el final: sobrevivimos.
Esas no son necesariamente buenas noticias.
***
Un hombre se divorcia
Los niños querían a los gatos y dejó que se los llevaran.
La compañía de esta mujer requiere dinero,
pero no importa. Los abrazos llevan un precio.
Citarse con ella es más una cuestión de hambre que de apetito.
Entra al cuarto de motel donde la trabajadora sexual lo espera
y a los pocos segundos llega la policía.
Una linterna alumbra la cara del hombre
y la luz revela sus lágrimas.
Hasta esta línea, el hombre era profesor,
ahora, solo es culpable.
El delincuente llora en su auto
camino al Walmart por municiones baratas.
Una vez en casa, donde su exmujer había elegido
el color de las paredes, tira del gatillo.
Mientras el sabor metálico le volaba el paladar
y las esquirlas le destrozaban los dientes,
alcanzó a darse cuenta
de que las balas sí parecían haber sanado algo,
aunque no todo.
***
So it goes
La manera menos dolorosa de acabar con una vida
es con una punción al nervio en la base del cuello
por el lado de la nuca.
Ahí está el interruptor.
Cuando te pregunto si has escuchado esta canción
en realidad pregunto si
haz hecho el amor en la playa con tu persona favorita
sin miedo a que los vieran
Cuando te pregunto si has escuchado esta canción
en realidad pregunto si has estado en la cima de una pirámide
y has visto respirar la selva.
Si has escuchado a la tormenta arrancar los árboles
si tienes hambre
si tienes sed,
si extrañas a alguien hasta que la piel te duele
si se te caen las estrellas y el planeta se te parte a la mitad
si te cortaste las manos sobre el río
para verlas flotar como canoas corriente abajo
para demostrar que sí te importa.
Te pregunto por qué no hay nadie contigo esta noche
si eres tan cool.
***
Cicatrices
Según Benjamin,
la memoria se trata de recuperar el lado oculto de las cosas.
En un mundo efímero de recompensas inmediatas,
recordar es un acto revolucionario.
La resistencia está en lo que evocamos: recortes de fotos
que sacamos a ciegas de una caja.
En mis sueños se marinan los fragmentos del día
cielo rosa
atardecer espectacular en destellos vaporwave
y las cruces de neón encendidas frente a las nubes de fresa.
calor y fantasía
La temperatura nos distorsiona la vista
y aparecen charcos de agua que no están ahí.
Extrañar el agua no es lo mismo que tener sed,
igual la boca se seca.
¿Qué estoy diciendo? Estoy diciendo amor.
Y cerca del amor estamos nosotros.
Hablo en plural,
porque tú también estás aquí.
⚫
Imagen superior: Niña con máscara de muerte (1938) Frida Kahlo. Óleo sobre hojalata.
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