Hacer de Guadalajara una Capital del Libro todos los años

Concluyó el nombramiento oficial de Guadalajara como Capital Mundial del Libro por la UNESCO y fuimos a preguntar cómo puede la ciudad mantenerse como una capital del libro

Dentro del programa de actividades de Guadalajara Capital Mundial del Libro (GCML) una de las acciones de promoción de la lectura más visibles fue la visita mensual de un reconocido escritor o escritora que no solo impartía una conferencia abierta al público, sino que también visitaba escuelas, desde bachilleratos hasta universidades; e instituciones sociales, como un centro de readaptación juvenil o las instalaciones del DIF Jalisco donde se reúnen familiares de personas desaparecidas.

 

El programa abrió la convocatoria a siete talleres literarios que a lo largo de diez meses están trabajando con aproximadamente treinta asistentes presenciales y otro tanto de virtuales. También se convocó a las editoriales independientes a participar en el programa de coediciones con el que se otorgaron apoyos por hasta 100 mil pesos para publicar obras de cualquier género literario.

 

Se realizaron presentaciones de libros, debates por géneros y temas, se hicieron mejoras a las bibliotecas y compra de equipo y de libros, se convocó a artistas para crear el Paseo Literario Fray Antonio Alcalde, se organizaron puestas en escena en las calles y barrios, se organizaron espacios comunitarios para presentar a escritoras locales, se realizaron actividades en los 125 municipios del estado, todo esto con la suma de esfuerzos de la Secretaría de Cultura de Jalisco, de la Universidad de Guadalajara, de las cámaras empresariales y de las universidades privadas.

 

Con todo ello queríamos saber cuál era la visión general de personajes que están presentes en los medios de comunicación y que conocen las acciones culturales pasadas y presentes en la ciudad, personas como Diego Petersen, Sara Valenzuela, Rogelio Villarreal, Vanesa Robles, Alejandro Tavares, David Gómez Álvarez y Juan José Doñán. 

 

La lista de nombres es arbitraria y finita, esperamos seguir recogiendo balances y visiones que puedan apuntalar a que los programas que promueven la cultura trasciendan al nivel de políticas públicas que permitan seguir haciendo de Guadalajara la capital mundial de las y los lectores. 

Diego Petersen

 

Diego es un tapatiólogo. No solo proviene de una familia con arraigo intelectual, cultural y económico en la ciudad, sino que desde muy joven se incursionó en los medios de comunicación, no solo como periodista, sino también como empresario de los medios. Las relaciones que ha construido a lo largo de los años desde esos espacios, además de seguir viviendo y experimentando la ciudad, lo hacen uno de los personajes de referencia para hablar de Guadalajara. 

Dentro del programa de actividades de GCML, Diego Petersen presentó su más reciente novela El Chacal (Planeta, 2022) en el Museo del Periodismo y las Artes Gráficas, además de visitar la universidad ITESO para tener un diálogo sobre su libro. Fuera de las actividades donde él estuvo al frente dice que acudió a alguna de las ferias del libro que se organizan alrededor del palacio municipal, en el centro histórico, y a la conferencia magistral de Alessandro Baricco. 

 

“Uno, me parece que cualquier cosa que se haga alrededor del libro y de la lectura, es positivo, y dos, cualquier cosa que se hace alrededor del libro y la lectura es comentable en el sentido de que ‘esto pudo ser mejor que aquello’, ‘se pudo haber hecho de una manera o de otra’, todos los que de alguna manera hemos estado en alguna forma de promoción de la lectura, pues siempre te queda la sensación de que había algo más que se pudo haber hecho o que no quedó como quisieras” dice Diego. 

 

Pone algunos ejemplos como los quioscos de libros en el Paseo Alcalde, y recuerda que hace más de quince años él junto a otros encabezaron una iniciativa similar llamada ‘Libros Libres’, una idea traída de Barcelona en la que tú tomabas un libro y dejabas otro en ciertos puntos señalados: “son los errores que hemos cometido, que muchas veces romantizamos que la gente no lee porque no tiene acceso, y no, no basta hacerlos baratos, no basta regalarlos, no basta ponerlos cerca; sin embargo estos esfuerzos ayudan a que haya un acercamiento al libro. No son la solución, pero acercan. Todos son loables, pero ninguno va a ser la solución definitiva” dice. 

 

Para Diego la gran pregunta es, ¿qué sigue después de una capitalidad de esta naturaleza? Y dice: “el ser nombrado capital mundial del libro es un cascarón que te ayuda a crear cosas. Lo que sigue es darle continuidad a ese tipo de publicidad, ¿por qué no hay un Martín Solares todo el tiempo en el Ayuntamiento haciendo esto? ¿Por qué no tenemos un programa literario dentro de los Ayuntamientos fuera de la capital mundial del libro? Que no solo paguemos mariachis y danzas regionales, no digo que no sean importantes, sino que la pregunta es ¿cómo concebimos la promoción cultural y los eventos culturales de la ciudad?” 

Sara Valenzuela

 

Es cantante, promotora cultural, periodista cultural, y ahora dirige Jalisco Radio, el área radiofónica del Sistema Jalisciense de Radio y Televisión; se trata de la mítica figura del jazz en Guadalajara, Sara Valenzuela, quien durante la capitalía condujo junto al periodista Gerardo Lammers el programa televisivo de entrevistas literarias Camaleónica, producido por Jalisco TV.  

De entrada Sara considera que el nombramiento de Guadalajara por la UNESCO como Capital Mundial del Libro fue muy afortunado, no solo por la importancia de la FIL, sino porque el estado es cuna de autores muy valorados; y reconoció el trabajo de Martín Solares en la conformación de un programa de actividades global que incluyó conferencias, talleres, entrevistas y encuentros que permitieron: 

 

“Acercar mucho a la gente que quizá no es tan lectora. A mí me invitaron como conductora de Camaleónica y fue una experiencia muy padre porque si bien soy lectora, no soy tan clavada como es Martín o Gerardo Lammers, que se las saben todas, pero fue muy lindo conocer a algunos escritores que yo realmente no tenía en el radar” dice Valenzuela. 

 

Para ella también fue importante hacer un programa más “campechano”, menos formal, que permitía acercar a la audiencia a los escritores desde puntos más cotidianos, menos técnicos. En especial Sara disfrutó las entrevistas con Xavier Velasco (un melómano empedernido como Sara), con la colombiana Pilar Quintana (que cuestiona los roles de género y lo que se ‘supondría’ que tendría que hacer una mujer para ser escritora), y con los autores ‘de casa’ Ricardo Yáñez (que ha sido maestro de muchos escritores y periodistas, entre ellos la propia Sara), Carmen Villoro, Luis Vicente de Aguinaga, Teresa González Arce y Antonio Ortuño.

 

En su trabajo como promotora cultural, Sara también tiene experiencia gestionando proyectos desde la planeación y su ejecución, hasta el rendimiento de informes. Le preguntamos sobre la parte del trabajo que no se ve, lo que hay detrás de estos proyectos: “toda la gestión de recursos económicos siempre es muy complicada; tengo entendido que en este caso ya había un presupuesto asignado, pero pues la logística, cuando haces un festival pues es uno, esto fue todo un año y me imagino que el trabajo pudo haber sido muy complicado.”

 

Sobre la continuidad que un proyecto como este debiera tener, y sobre las cosas que se debieran aumentar, Sara Valenzuela dice primero que siempre es interesante “tener la oportunidad de encontrarse de manera cercana y profunda con los creadores”; también destaca el trabajo en los talleres que concluirán con avances concretos; y desea que se realicen más actividades enfocadas en niños, niñas y jóvenes: “creo que todos hemos escrito de niños, y hay chavos que tienen una facilidad con el lenguaje, que estaría muy padre impulsar.”

Rogelio Villarreal 

 

En cada conferencia magistral hubo una persona que ayudó a llevar la conversación con los autores invitados. Por ejemplo la reconocida periodista narrativa argentina Leila Guerriero, estuvo acompañada del periodista cultural Rogelio Villarreal. Él comienza a hacer su recuento del programa de actividades reconociendo la gran oportunidad y satisfacción que ese encuentro le trajo, además de darle la oportunidad de promover el trabajo de Leila entre sus estudiantes y entre la audiencia que se dio cita tanto de manera presencial como a través de la señal de televisión o más tarde en internet.

En el ágora de la Biblioteca del ITESO también Rogelio escuchó atento junto a cerca de doscientas cincuenta personas al escritor italiano Alessandro Baricco, “es una maravilla por supuesto; también escuchar a Guillermo Sheridan y tener oportunidad de platicar con él. Son experiencias gratificantes para mí y ya no se diga para un público más amplio de estudiantes y personas que les interesan los libros, la cultura. A mí me parece que todo eso siempre deja huella” dice Villarreal. 

 

Desde su juventud Rogelio se destacó como un promotor de la contracultura, ha fundado revistas como La Pus Moderna y la Regla Rota, ahora dirige Replicante, y ha promovido la cultura desde diferentes espacios. 

 

Él destaca que más allá de los indicadores numéricos, siempre será importante privilegiar esas experiencias personales cercanas que pueden marcar subjetivamente a alguien: “me gusta mucho ver las caras de satisfacción de la gente cuando asienten, cuando confirman y dicen ‘sí ese libro ya lo leí’, y se acercan a preguntar, a saludar o a pedir un autógrafo. Porque me parece que son manifestaciones genuinas de un verdadero amor por la literatura, por el periodismo, por la cultura. Y creo que todas esas actividades valen muchísimo la pena” dijo Rogelio. 

 

Sin caer en el mecanicismo y sin decir que la lectura nos hace mejores personas, Rogelio sí cree que hay una sensibilidad que nos dice que mientras más informada, culta, y lectora sea una sociedad, “tenemos mejor capacidad de entender y de decidir cuestiones concretas, como en términos de políticas públicas, de votaciones de presidentes municipales, de preguntar por qué no tenemos una biblioteca pública en cada municipio, ese tipo de cuestiones; no digo que estemos ‘cambiando el país’ con este tipo de eventos, pero sí dejamos algo, sí hay una intención” dice. 

Vanesa Robles

 

Ahora profesora universitaria e investigadora, Vanesa Robles, es una de las periodistas narrativas más reconocidas de la ciudad. Ha sido galardonada con premios estatales, nacionales e internacionales por sus reportajes y crónicas. 

 

Aunque un nombramiento como el de Capital Mundial del Libro no modifica instantáneamente la realidad, y aunque muchas veces ni siquiera la representa fielmente (como el caso de la Colonia Americana catalogada por la revista Time Out como el barrio “más cool del mundo”), Vanesa Robles dice que sí provoca toda una serie de actividades relacionadas con la promoción de la lectura que tienen muchos matices: 

“Los lados positivos tienen que ver con que la gente puede conocer autores, encontrarse con cosas que desconocían; también hubo talleres y un montón de actividades institucionales alrededor de la lectura. Pero me parece que estas actividades siguen llegando solamente a un círculo muy pequeño de la sociedad, no necesariamente se expanden hacia los sectores sociales que siguen sin leer”. 

 

Si queremos construir una sociedad más justa, libre, y menos violenta, Vanesa cree que tenemos que crear un mayor número de lectores, pues aunque “la lectura no cambia por sí sola el mundo, sí hace que la gente imagine y en una sociedad como la mexicana necesitamos muchísima imaginación” para construir esa sociedad anhelada. 

 

“El reto me parece que será, primero, mantener todas las actividades que se realizaron en torno a la lectura. Y segundo, expandirlas hacia los sectores sociales que históricamente no han tenido acceso ni a estas actividades, ni a nada” dice Robles.

Alejandro Tavares 

 

Alejandro Tavares es el actual director del Sistema Jalisciense de Radio y Televisión, donde GCML tiene un programa de televisión llamado Camaleónica. Tavares es probablemente más conocido como el creador del festival de música con causa, Rock x la vida, que comenzó a organizar junto a la estación radiofónica Máxima 106.7 FM. 

Como otros de los entrevistados para este trabajo, Alejandro comienza por destacar las visitas de escritoras y escritores de gran trayectoria, y al preguntarle por la continuidad que un programa así puede tener, dice que parte de la fortuna, buen tino, y que haya sido posible traer a dichos invitados, fue gracias a la experiencia y relaciones profesionales de un escritor y editor conocido no solo en México sino en Latinoamérica como Martín Solares: 

 

“Me parece que se deberían continuar estos conversatorios. Yo creo que debería de ser un plan anual que adoptara cultura, y también que el programa de Camaleónica, ya lo hemos platicado, pudiera tener una continuidad entre autores locales, nacionales e internacionales en los diferentes momentos del año porque también sabemos que con la FIL podríamos aprovechar” dice Tavares.  

 

Hay un público que está interesado en la creación literaria, que acude a las conferencias, y que participa en las convocatorias, es un público al que es importante atender menciona Alejandro. Y en términos de políticas públicas destaca la necesidad de una mayor intervención de las instituciones en toda la cadena que va desde la creación hasta la distribución: “para ver cómo y por dónde, porque no es posible que nosotros, teniendo la feria del libro más grande del mundo, pues de repente tengamos a los autores locales un poco rezagados”.

David Gómez Álvarez

 

El profesor, investigador, analista político y editorialista en diversos medios de comunicación, David Gómez Álvarez, tiene también amplia experiencia en la organización de espacios de intervención ciudadana en la gestión pública. Decidimos hablar con él para consultar su opinión de un programa como el de GCML, que entre sus objetivos tiene la promoción de la lectura y la cultura, temas que se pueden relacionar con la formación de ciudadanía. 



David comienza por recordar que él siempre ha sido muy crítico con los ayuntamientos que se distraen de sus obligaciones constitucionales, de brindar y atender los servicios públicos que tienen que prestar, para distraerse en cuestiones que no les competen, pero en el caso de la educación y la promoción de la cultura, las cosas cambian: 

 

“Creo que es donde sí pueden incursionar los gobiernos locales de este país, sobre todo los urbanos metropolitanos, que tienen más recursos, como es el caso de Guadalajara. En ese sentido yo aplaudo que se tomen estas iniciativas y por supuesto celebro que Guadalajara haya sido seleccionada como Capital Mundial del Libro” dice. 

 

Bajando a las acciones concretas, David reconoce que una de las críticas comunes es el grado de penetración que estas actividades culturales pueden tener, y cómo se hace para brincar el ‘círculo rojo’ de personas que comúnmente se benefician de estos espacios: “pero aún así sigo celebrando que se hagan estas cuestiones porque la pregunta no es si se llega a un número muy grande de ciudadanos, sino si es mejor que exista, o que no exista, y por supuesto que la respuesta es que sí, que exista.”

 

Además de destacar el profesionalismo del equipo detrás del programa de GCML, Gómez Álvarez apuesta por una alianza con el sector educativo que permita dar continuidad a las actividades prioritarias del programa para que perduren. Comenta que al ser planes de un año, a menos que el municipio lo siga financiando, puede resultar muy compleja la continuidad. 

 

¿Se puede trascender la voluntad política en este tema?

 

“Debería de poderse, aunque no es sencillo. Así como el liderazgo es determinante para que hubiera sucedido, es decir, que Guadalajara haya logrado ser Capital Mundial del Libro tuvo que ver mucho con el liderazgo de Pablo Lemus y con algunos promotores que le vendieron la idea; es difícil pensar en darle continuidad y sostenibilidad sin el mismo liderazgo que en su momento dijo ‘va, le entro’. Pero tendríamos que buscar que este tipo de eventos muy importantes pudieran institucionalizar algunas de sus actividades, algunos de sus aspectos, para que justamente no se pierda en una llamarada de petate”

Juan José Doñán

 

Otro tapatiólogo de importantísima trayectoria es sin duda Juan José Doñán. Ensayista, articulista y cronista de la ciudad, llegó (a los catorce años) para quedarse. Es autor del libro Oblatos-Colonias. Andanzas tapatías (Arlequín, 2001), estudioso de las vidas de artistas e intelectuales, y hasta teórico de la identidad de Guadalajara. 

Para Juan José la persona que va a escribir lo hace por encima de todo: “por encima de su éxito, por encima de su no comprensión, por encima de sus limitaciones económicas, por encima de su riqueza (que en ocasiones puede ser un distractor), es decir, finalmente la escritura se entiende que es una vocación, lo que significa que es una aspiración, una necesidad. Frente a una celebración de esta naturaleza, de renombre mundial, tendríamos que preguntarnos ¿qué efecto tiene en la sociedad?” dice Doñán.

 

Reconoce que las actividades alrededor del nombramiento generaron “ruido”, y ciertamente hay acciones cuyos resultados no se podrán observar en el corto plazo, sin embargo Doñán se pregunta por la elección de los autores, que significa también, dice él, “una no invitación de autores locales. Cuando una ciudad como Guadalajara es protagonista de una cosa llamada Capital Mundial del Libro, la idea es que los autores de la ciudad no sean arrimados en su propia casa.”

 

Aunque también el mismo Doñán reconoce que vio ediciones de libros con el trabajo del poeta Jorge Esquinca, un tapatío ‘adoptivo’. Y vuelve al punto inicial de su participación, ¿qué efecto tuvo el nombramiento y sus actividades en la sociedad? Y comenta: 

 

“Los lectores no se hacen con una feria o una declaratoria, los lectores se hacen en el ámbito doméstico, donde los padres son lectores, y donde la biblioteca es algo más que una decoración de la sala. Se hacen también en la cotidianidad escolar, donde hay profesores que tienen interés por los libros […] La lectura es una cosa que se cultiva y que se da como la buena cocina, a fuego lento, no en estas cosas [las actividades del programa: conferencias, talleres, incluso el desfile organizado para el cierre de la capitalía]. No digo que esto no sirva, pero es un poco como la guarnición de un platillo, no es el componente esencial.” 

 

A pesar de no ser ese componente esencial, Doñán dice que un gobierno municipal como el de Guadalajara está obligado a mantener una actividad cultural permanente: “que esos talleres literarios no sean temporaleros; que esas actividades sean una cosa permanente, cotidiana, que formen parte del estilo de vida de una ciudad, a eso es a lo que se debe aspirar.” 

***

El ejercicio para recopilar las experiencias alrededor del programa de actividades de Guadalajara Capital Mundial del Libro sería innagotable. Tan solo el alcalde Pablo Lemus Navarro anunció en la ceremonia de clausura que se habían realizado 2 mil 600 actividades, y eso era aún sin contabilizar las 267 actividades que realizó la Universidad ITESO, por citar otro ejemplo.

 

Más allá de los números oficiales serán las personas quienes construyan su versión de estos 365 días en que Guadalajara fue nombrada Capital Mundial del Libro, y seremos quienes participamos del ecosistema del libro quienes seguiremos haciendo de la ciudad una capital de la lectura. ⚫ 

Texto: Ángel Melgoza / Fotos: Cortesía.

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